La apertura de dos tumbas en las propiedades del Vaticano reveló que ambas tumbas estaban completamente vacías, sin respuestas en la desaparición no resuelta de una niña italiana hace 36 años, el Vaticano informó el jueves.
"La investigación ha dado resultados negativos: no se encontraron hallazgos en humanos ni urnas funerarias", declaró el portavoz de la Santa Sede Alessandro Gisotti el 11 de julio.
Las tumbas, ubicadas en una propiedad extraterritorial del Vaticano adyacente al Estado de la Ciudad del Vaticano, se abrieron en un intento de encontrar una pista de la desaparición de Emanuela Orlandi en 1983.
Orlandi era hija de un enviado de la Prefectura de la Casa Pontificia y de un ciudadano del Estado de la Ciudad del Vaticano. Su desaparición a los 15 años ha sido objeto de intriga internacional, incluida la sospecha sobre el papel del Vaticano, desde que se produjo.
El Vaticano autorizó la apertura de las tumbas luego de una solicitud de la familia de Orlandi, que el año pasado recibió una carta anónima que sugiere que se podría encontrar una pista cerca de una gran estatua de un ángel en el cementerio del Colegio Teutónico.
Las tumbas que se abrieron fueron las de la princesa Sophie von Hohenlohe, quien murió en 1836, y la duquesa Charlotte Frederica de Mecklenburg-Schwerin, quien murió en 1840.
El monumento de Charlotte lleva una inscripción que indica que fue erigida en 1848 por su hijo Federico VII de Dinamarca.
Según Gisotti, la tumba de von Hohenlohe reveló un compartimiento subterráneo vacío de aproximadamente 13 por 12 pies. La apertura del sarcófago de Charlotte tampoco reveló restos humanos. Familiares de ambas mujeres fueron informadas del descubrimiento.
El siguiente paso del Vaticano después del descubrimiento, explicó Gisotti, será examinar la documentación sobre las renovaciones estructurales que tuvieron lugar en el cementerio a fines de los años 1800 y en los años 60 y 70.
La inauguración de las tumbas fue realizada por el personal de construcción del Vaticano y supervisada por un antropólogo forense y su equipo, la gendarmería del Vaticano y por el promotor de justicia del tribunal del Vaticano.
Miembros de la familia de Orlandi, y su abogado, también estuvieron presentes.